Debido sobretodo a su tiempo de vida, la ternera se caracteriza principalmente por ser una carne magra con un gran poder nutricional, gracias a que cuenta con proteínas de gran calidad, es rica en agua y destaca por ser una carne blanca.
Es una de las primeras carnes que se pueden introducir en la alimentación del pequeño a partir de los seis o siete meses, momento en el que su masticación mejora.
Beneficios de la ternera
Teniendo en cuenta que la ternera está clasificada como una carne blanca por su color rosado, y que destaca por ser sobretodo carne magra, no hay duda que aporta una gran variedad de beneficios nutricionales en su consumo.
Por ejemplo, 100 gramos de ternera aportan 21 gramos de proteínas, además de aportar minerales tales como potasio, hierro, calcio, magnesio y zinc.
Tiene un bajo contenido en grasas, y se convierte en un alimento fácilmente digerible, gracias en especial a su alto contenido en agua y por tener una carne generalmente tierna.
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